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Por los rincones y las plazas de Gràcia van surgiendo locales íntimos y llenos de encanto que convierten la oferta nocturna del barrio en una caja de sorpresas. Sólo hay que perderse por sus callejuelas y disfrutar de un ambiente bohemio que los barceloneses adoran. En verano, sus plazas se inundan de terrazas y durante el mes de agosto, la fiesta mayor del barrio convierte a Gràcia en el epicentro de la ciudad. En los últimos años el barrio ha experimentado un proceso multicultural, por lo que su oferta gastronómica es variada y exótica.