Algunas de estas plantas superaron la prueba y ahora las vemos en las calles de la ciudad, pero muchas otras han pasado a ser a menudo las únicas representantes de la especie que podemos encontrar. Aquí encontramos todo de especies extrañas y algunas de ellas únicas en la ciudad.
El árbol del té australiano (Melaleuca alternifolia) es uno de esos que destaca no por su tamaño, aunque este es un ejemplar especialmente grande, sino por su rareza. Aunque se llama árbol del té porque sus hojas tiñen el agua de un color similar y son aromáticas, nunca nos tomaremos una infusión, ya que es una planta tóxica. En cambio es muy apreciado su aceite esencial que se extrae por destilación de las hojas y ramas tiernas, uno de los más utilizados por sus propiedades terapéuticas que ya utilizaban los antiguos aborígenes australianos. Es muy efectivo en el tratamiento de problemas en la piel ya que actúa como antibacteriano, antifúngico y antiséptico, además de mejorar problemas de acné, piel seca o excesivamente grasa, o prácticamente cualquier otro problema dermatológico.