Tras su exilio en Francia en 1939, Puig Farran no pudo retomar su carrera como fotoperiodista, pero continuó trabajando en fotografía industrial y turística, creando junto a su amigo Antoni Campañà el sello de postales CYP. A pesar de su destacada labor, nunca llegó a presentar sus fotos en una exposición, lo que convierte a esta muestra en una recuperación invaluable de su obra.
La exposición reúne copias originales de época del archivo de La Vanguardia, junto con reproducciones realizadas a partir de sus placas de vidrio conservadas por sus herederos, ofreciendo una visión completa de la agitación social y política de aquellos años.