Edificios singulares
Encajonado en un callejón de Barcelona, el café-restaurante "Els Quatre Gats" ocupa los bajos de la Casa Martí. El edificio nos invita, desde un exterior con aire medieval, a entrar en un interior acogedor que fue el centro de los encuentros de intelectuales de la Barcelona modernista, a finales del siglo XIX.
Hay que dejarse cautivar por las dependencias del que fue el gran hospital de Barcelona hasta la segunda década del siglo XX. Un vistazo a los patios y naves del antiguo recinto, hoy en día sede de la Biblioteca de Catalunya, y de centros de enseñanza y otras instituciones culturales, nos transportará a la atmósfera de otros tiempos.
Un edificio barroco os recibe en la
Rambla de Barcelona, pasada la calle del Carme, y despertará vuestra curiosidad, ya que su fachada, muy decorada, y sus patios interiores y escalinatas, dejan entrever riqueza y poder. Adentraos en el Palau de la Virreina, puede que os sorprenda alguna muestra artística de las que se organizan allí.
El Palau Güell, obra de juventud de Antoni Gaudí, une la suntuosidad de regusto medieval con la extravagancia única del arquitecto. El edificio se acabó de construir en 1890 y fue la residencia privada del mecenas de Gaudí, el Conde Güell. El Palau Güell ha sido declarado
Patrimonio de la Humanidad por la
UNESCO.
El color y la fantasía de la Casa Batlló cautiva a los peatones del paseo de Gràcia. En pleno corazón de esta elegante calle y en continua disputa con las vecinas casas Amatller y Lleó Morera, esta obra manifiesta el esplendor de un arquitecto que trabajó aquí con total libertad creativa, Antoni Gaudí.